Hace unos años, entre los archivos de la Universidad de Yale, se exhumaron tres tablillas cuneiformes del 1600 antes de Cristo provenientes de la antigua Mesopotamia, y que hasta el momento no habían sido traducidas… resultaron ser cuarenta recetas de cocina, las más antiguas registradas de la historia.
No fue transmitida muy explícitamente y, por consiguiente, se deducen de las listas de alimentos suministradas al cocinero. Es necesario hacer una aclaración: la identificación de muchos datos concretos y precisos, empezando por numerosas plantas, resulta casi imposible o es mera conjetura.
El nombre – en acadio, mersur; en sumerio ninda, implica, por su sentido radical, una mezcla o revoltijo.
La receta culinaria más antigua
Los ingredientes son: Harina, a veces agua, leche o cerveza, pero por lo general aceite, o si acaso «mantequilla» para humedecer; dátiles u otros frutos secos (pasas, higos, manzanas) y algo así como piñones (?) para el relleno; por último, por lo menos 4 condimentos aromáticos: arañuelas (?), comino (?), cilantro (?) y por último algo que no deja de ser sorprendente: ajo! A veces se agregaba «miel» y la mezcla o revoltijos de los ingredientes, al parecer, se hacía en una olla.
En su estado final y comestible, el plato se presentaba como un «pan», lo que implica por lo menos una cocción en el horno. La receta sugiere que se trataba de una especie de bizcocho, (en realidad la traducción de «mersu» en francés es «pastel») algo que de por sí es bastante sofisticado.